jueves, 26 de agosto de 2010

La soledad del primer diente



¿Saben lo curiosamente tierno que es mirar las encías sin dientes de un bebé?
Yo no lo sabía.
Pero en estos casi 9 meses de compartir y dedicar mi vida a mi hija lo he descubierto.
Me pasan 3 cosas por la mente:
1.- Hay una parte de mí que odia (con estúpida soberbia) admitir ésto; otra parte, en cambio, se enjuaga las lágrimas y (con una humildad que inunda el corazón) no comprende como no lo entendí antes, cuando era yo el que crecía y tú, Mamá, la que lloraba. Te amo Mamá, mas que nunca. El punto es que se me hace chiquito el corazón y, me gusta tanto la sonrisa de mi bebé, así sin dientes, que me gustaría hablar con ella y pedirle que se espere unos meses más, que ningún daño va a hacerle no tener dientes aún y que ¿qué le cuesta darle gusto a papá? Las cosas no funcionan así, lo sé, y me he prometido a mi mismo jamás tratar de impedir, por más que me guste que sea mi bebita, que crezca, que aprenda y que encuentre ella solita las verdades y respuestas de esta vida. Sin embargo mientras yo escribo, su ropita se sigue encogiendo, yo voy aprendiendo lo fugaces y lejanamente irrepetibles que pueden ser ocho meses, lo irrelevantes que son los deseos de un padre y, desde esta perspectiva, cuán solo e insignificante te puede hacer sentir un diente.

2.- Cuando, en Octubre del año pasado (2009), operaron a Nora de la vesícula con nuestra hija en el vientre, me preocupó que la anestesia pudiera tener una secuela en el desarrollo de nuestra hija. Poco a poco, conforme mi niña va creciendo, se va diluyendo esa angustia.
¿A quién le doy las gracias?
¿A Nora por su fuerza? - Gracias mi amor-,
¿A los doctores (Rosi Fuente, Oscar Villazón, Roberto Hirsh) por sus conocimientos y su determinación? -Gracias-,
¿A tí, Papá? por , como siempre, estar ahí - Gracias-,
¿A Dios?, todos hablan tanto de Ti, y yo dudo tanto que estés ahí, -Gracias pues, por si las dudas-.
Al final del día,  la puntita de ese diente me tranquiliza, me inspira a seguir y me hace sentir profundamente afortunado; y

3.- Una canción de Joan Manuel Serrat:

"De vez en cuando la vida
nos besa en la boca

y a colores se despliega
como un atlas,
nos pasea por las calles
en volandas,
y nos sentimos en buenas manos.

Se hace de nuestra medida,
toma nuestro paso
y saca un conejo de la vieja chistera
y uno es feliz como un niño
cuando sale de la escuela.

De vez en cuando la vida
toma conmigo café
y está tan bonita que
da gusto verla.
Se suelta el pelo y me invita
a salir con ella a escena.

De vez en cuando la vida
se nos brinda en cueros
y nos regala un sueño
tan escurridizo
que hay que andarlo de puntillas
por no romper el hechizo.

De vez en cuando la vida
afina con el pincel:
se nos eriza la piel
y faltan palabras
para nombrar lo que ofrece
a los que saben usarla.

De vez en cuando la vida
nos gasta una broma
y nos despertamos
sin saber qué pasa,
chupando un palo sentados
sobre una calabaza."


Esto es lo que pasa por mi mente hoy que descubrí (lo descubrió Mariana) tu primer diente.