domingo, 23 de enero de 2011

Marianita y el pediatra

El Dr. Roberto Hirsh es el pediatra de Ana Jimena (antes fue el mio), es un gran médico y es un gran señor sobre todo.
El Dr. Hirsh recibió y revisó a mi hija cuando nació, es un médico que transmite tranquilidad y paz cuando, después de revisar a tu bebe, dice -muy bien, esta muy bien-.
El doctor Hirsh tiene su consultorio lleno de cuadros y dibujos, algunos están ahí desde que yo era niño -como uno donde un niño al que recién vacunaron y aun tiene los pantalones abajo, juega con unos utensilios médicos subido en una silla-. Conforme fui creciendo y, de tiempo en tiempo regresaba al consultorio, tal vez  a acompañar a mis papas a llevar a mis hermanos menores o mas tarde a mi hermana con mis sobrinos, fui notando que había cada vez mas y mas cuadros y dibujos, despistado como suelo ser, nunca les puse atención.
Ya hace 14 largos y fugaces meses que nació Anita y durante el primer año de su radiante vida acudimos a citas de revisión rutinaria una vez por cada mes, ahora todo parece indicar que iremos mas o menos cada 60 días, mas unas visitas por un par de infecciones, una influenza tipo "B" y alguna tosecilla ligera, resulta que he tenido tiempo de sobra para poner atención a cada rincón de las paredes del consultorio del Dr. Hirsh.
Tiene muchisimas cosas colgadas, varias fotos de el mismo corriendo maratones, una del día de la boda de su hija y tiene un cuadro que habla de un dios muy parecido al dios en el que, si yo fuera creyente, me gustaría creer. Tiene también muchos diplomas y reconocimientos.
Tiene varios agradecimientos de niños que ha curado y le mandan dibujos o fotos. Seguro que esos le gustan mas que los diplomas.
Uno, cuenta la historia de Marianita, y ese es el que me gusta mas...

Junto a la foto de Marianita, de unos 4 años posando junto a una alberca con su traje de baño, dice así:

"Cuando el Doctor Roberto Hirsh te recibió en su campo estéril, habías muerto por asfixia. Bobby luchó largamente, hasta hacerte respirar. Eras muy pequeñita, de seis meses y medio de gestación, y apenas alcanzabas el kilo y medio.

En terapia intensiva, durante casi un mes, Bobby veló por ti, horas de esperanza y momentos en los que te hundias. Poco antes de navidad de 1985, te puso en los brazos de tu madre y desde entonces no ha dejado de cuidar de ti...

Actualmente con tres años y medio de edad, Marianita disfruta intensamente de todas las cosas de la vida, el algodón de azúcar y los abrazos; los zapatos de charol con moño, las cintas para el cabello, los besos rasposos de su padre y los ojos amarillentos de gato callejero que se agrego a la familia.

Sabe acurrucarse y quedarse quietecita  en el regazo de su abuela.

Disfruta al descubrir cada día, como si fuera la primera vez, el contenido de su lonchera y tiene una amiga pequeña con la que ríe a carcajadas mientras intercambia ciruelas por duraznos .

Marianita baila, dibuja, recita, encanta y enloquece alternativamente a su hermanito; ensaya toda su coquetería con su padre, tíos y abuelo. Adora los chocolates y detesta la mugre y a las hormigas. Como si fuera un reflejo, sonríe cada vez que alguien la mira y estalla en hoyuelos. Sí, disfruta cada instante de la vida, hasta dormida y abrazada de su conejo de peluche la boquita se le divide en una sonrisa...

La verdad es que nadie adivina todas las posibilidades y la alegría que se pierde cuando no se da a un niño la oportunidad de vivir. Marianita esta viva, gracias Roberto Hirsh. Dios te bendiga por haberle dado a esta niña:

UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD"


Cuando el Dr. Hirsh me vio derramar un par de lagrimas de emoción mientras leía la historia colgada en su consultorio, me dijo que Marianita ya tiene una hija. Ni yo conozco a Marianita ni ella ni su hijas tienen la mas remota idea que yo existo. Aun así saber que están bien me hace sentir muy feliz.

Me siento sobre todo tranquilo. El Dr. Roberto Hirsh es un gran medico y un gran ser humano y es el pediatra de mi hija.

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