lunes, 19 de agosto de 2013

Firme en la tempestad...

No tengo pretexto hija mía, no es trabajo,no es falta de tiempo. Es solo que me importa mucho escribir estas letras con el corazón y no siempre es fácil tener la disciplina de escucharlo.
Hoy tengo una razón grande para escribir: Hoy (ayer, por que escribo estas lineas de madrugada) fue tu primer día oficial de escuela. 
Quiero escribir lo que siento por que quiero dejar memoria de estas sensaciones.


Orgullo
  • Sus ganas, cada día de las últimas dos semanas, al despertar, le preguntaba a su mamá ¿hoy ya voy a ir a la escuela?
  • Su emoción y la sonrisa -esa que tanto me hace sonreír- al ponerse el uniforma nuevo, al caminar -tomada de mi mano- del coche al salón, al entrar y sentarse en su mesita de pre-escolar, al despedirse de mi y de mamá. Dos veces corrió a decirme -te quiero dar otro beso y otro abrazo-. Se los dí... no es cierto... me los dio.
  • Su seguridad que, aun en mi incertidumbre, trasmitía tranquilidad. 

Hija mía, ¿será presunción pensar que, junto a tu mamá, he hecho un buen trabajo hasta hoy?
¿Sera que las decisiones tomadas por nosotros han hecho de ti una personita capaz de afrontar la vida?
¿Sabes?
Quisiera pensar que tu determinación y coraje te fueron otorgados como dones anteriores a mi. Que existe algún lugar, insospechado e intangible, donde te fue concedida una fuerza superior a la mía y por lo tanto, no debo preocuparme por ti, pues por añadidura sabrás enfrentarte a tu existencia, siempre con esa convicción.

Entiendo que esta nueva época de su vida le enseñara a valerse por si misma, de lo que enfrentes dependerá tu templanza, por o tanto he aquí un deseo difícil de desear, cruel desde el corazón por que no soy mas que un padre que ama y desea allanar tu camino, sin embargo al verle fuerte y decidida me envalentono y lo deseo con determinación:

Dame, oh Señor, un hijo...
Condúcelo, te lo ruego, no por el camino cómodo y fácil, sino por el camino áspero, aguijoneado por las dificultades y los retos. Allí déjale aprender a sostenerse firme en la tempestad y a sentir compasión por los que fallan...
General Duglas MacArthur 

  

Emociones

Hoy me metí a revisar el blogg y me encontré con este borrador de publicación.
No se por que no lo publiqué en su momento.. algo no me habrá gustado...
hoy calculo que unos 4 y medio años después de haber escrito esto... allí se los dejo... no esta revisado ni corregido... ahí va pues en caliente, esto es lo que sentía cuando apenas sabia que venia un hijo en camino...



Es extraño, siempre imagine que el periodo de espera de mis hijos seria un periodo de fiesta y celebración continuos y ahora que ha llegado ese momento tengo dentro de mi todo una cóctel de emociones y sentimientos y los comparto con ustedes a continuación.

Desde luego que estoy contento, estoy muy feliz por varias razones, primero, resulta que nos costo algo de trabajo lograr el embarazo(casi dos años de escribir y escribir a Francia, jaja ya se imaginaran que sufrimiento..) y justo cuando creimos que no lo lograriamos sin ayuda y estabamos por iniciar un tratamiento de fertilidad ¡¡¡ JAAAAA SORPREEEEESAAAAA !!!, Estoy contento por que añoro desde hace tiempo el compartir con un hijo mio el amor y la dedicacíon que me han brindado mis padres, ¡¡ GRACIAS MAMÁ, GRACIAS PAPÁ !!, estoy emocionado de la espera que nos aguarda... ver a mi esposa disfrutar de el crecimiento y el desarrollo de nuestro hijo dentro de ella y verla tambien sufrir los estragos de un embarazo, con la oportunidad que eso representa para cuidarla y demostrarle mi amor y mi apoyo. La hermosa experiencia que ha sido conocer, ver cecer y amar a mis sobrinos, cargarlos, cuidarlos, jugar con ellos, dormirlos, en fin todo lo que han representado en mi vida, ha fortalecido aún más esa ilusión por ver crecer a un hijo mio... En fin se que tengo muchas razones para estar feliz.


Siento al mismo tiempo un gran peso de responsabilidad y compromiso. Nora me pregunta con frecuencia ¿ que te pasa, no te da gusto?, CLARO QUE ME DA GUSTO, pero no puedo, ni quiero ademas, evitar sentir temor por fallar, no quiero fallar, quiero hacer feliz a mis hijos, quiero darles la mejor vida, las mejores oportunidades en fin, lo mejor de mi. No es un temor desbordado, es un ruidito en mi conciencia y en mi corazón que me mantiene desde que supimos que nuestro hijo venia en camino en un estado de alerta y concentracion, sin embargo no lo esperaba, no sabia que estaria ahi...


siento curiosidad, que sera, ¿niño, niña? como sera que le va a gustar